Tener premoniciones es captar algo que todavía está por acontecer.
Premonición e intuición no son lo mismo, aunque pueden ir de
la mano. Una persona muy intuitiva es capaz de sentir o percibir algo que no es
visible para los demás, pero no necesariamente tiene que ver con un
acontecimiento futuro, sino que puede ser algo del momento presente o del
pasado.
La intuición a menudo nos pasa desapercibida porque no
acostumbramos a atender a esa parte o no ha sido desarrollada por diversos
motivos. A veces es difícil ponerle palabras a eso que intuimos, quedando como
una vaga sensación que sólo después, toma sentido a la luz de los
acontecimientos.
Pero eso no es lo mismo que una premonición, que se refiere
a un hecho que está por acontecer todavía, y que por alguna misteriosa razón,
la persona puede captar, bien en sueños, bien durante la vigilia.
Los científicos no se ponen de acuerdo acerca del fenómeno
de las premoniciones, ni saben a qué es debido o que factores pueden
acentuarla. Clasifican esto como un hecho paranormal, o bien lo atribuyen a la
casualidad, sin tomarlo demasiado en cuenta. Una probable explicación, podría
ser que para el inconsciente no existe el tiempo lineal.
¿Por qué algunas personas tienen premonicones y otras no?
Sucede, que por naturaleza, hay quienes están más en
contacto con el hemisferio derecho del cerebro, que es el que rige lo
simbólico, intuitivo, creativo, etc., y por tanto tienen más facilidad o
tendencia a conectar con una realidad invisible y no tangible, que el resto de
las personas.
También facilita esa apertura recibir una educación más
permisiva en ese sentido, en la que forma parte de la "normalidad" y
no se tiene como fantasía o es objeto de burla y rechazo, por los padres u
otros adultos. En muchos casos en los que hay una percepción acusada, como las
premoniciones, se han heredado las facultades de uno de los padres o abuelos,
que ya han desarrollado esta habilidad.
¿Se tenían en cuenta en la Antigüedad?
Si miramos hacia atrás, tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento, aparecen numerosos ejemplos de premoniciones, sobre todo a través
de los sueños, o de hechos simbólicos o percepciones. Es bastante conocido el
sueño que tuvo Abraham Lincoln pocos días antes de ser asesinado, en el que se
veía de cuerpo presente, después de haberse perpetrado el crimen.
En algunas culturas se utilizaban ciertos rituales, a menudo
acompañados de sustancias específicas para provocar otro estado de conciencia,
durante los cuales se recibía información trascendente. En estos casos era algo
buscado y había quien se encargaba de ello, siendo instruido por un antecesor o
bien por tener dotes de nacimiento para ello. Solía ser el chamán, brujo, adivino,
mago… dependiendo de las culturas o de la época.
En tiempos anteriores se daba mucha más credibilidad a esta
circunstancia, confiándose casi ciegamente en la persona designada para
predecir acontecimientos o dar información importante que fuera de utilidad.
Aún si la premonición venía sin buscarla, de alguien no preparado para ello,
por lo general se la atendía igualmente.
Sueños y premoniciones
Mientras estamos dormidos, ocurren fenómenos relacionados
con aspectos desconocidos, que de algún modo facilitan la entrada a otras
realidades o estados.
La mayoría de premoniciones están interconectadas con los
sueños. El lenguaje de los mismos está sujeto a un código personal, es
metafórico y complicado de interpretar. Habitualmente es difícil distinguir si
se trata de un sueño corriente o de algo que va a suceder.
Algunas personas sienten muy claramente esa diferencia y son
capaces de reconocerlos, aunque la mayoría, sólo ven confirmado el sueño
posteriormente, cuando se da el acontecimiento. En ambos casos, no debe
aparecer nunca culpabilidad por haber tenido una premonición y no haber
conseguido impedir una desgracia anunciada previamente, ya que pocas veces se
puede evitar o no depende de una sola persona que no ocurran los hechos.
¿Se puede hacer algo para tener premoniciones?
Para facilitar el acceso a este tipo de información, habría
que cultivar la intuición, escuchando y atendiendo a esa "voz
interior" que solemos ignorar, y que nos avisa con frecuencia en algunas
situaciones. Haciendo caso a las certezas sin base aparente y siguiendo
nuestros dictados interiores, estamos desarrollando la percepción que nos lleva
a tener sueños premonitorios o premoniciones durante la vigilia.
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